El 11 de septiembre de 1973 me desperté con una noticia que me sacudió. El golpe militar en Chile que destrozó el proceso democrático de gobierno del Dr. Salvador Allende Gossens. Estaba por cumplir 16 años y cursaba la preparatoria. Al paso de las horas la brutalidad criminal militar auspiciada por Nixon y su gobierno, arraso al gobierno de la Unidad Popular Chilena.
Una opinión de Juan Felipe Cisneros Sanchez
Trate de abrazar la esperanza de que el Dr. Salvador Allende sobreviviera, pero no tardó mucho en derrumbarse también está. Aún tenía en mi memoria las palabras de Allende que pronunció en su discurso realizado el día 2 de diciembre de 1972, ante la Universidad de Guadalajara.
Afirmó que: el paso por la Universidad no debe hallarse motivado por alcanzar un título solamente, que permita el ejercicio de intereses individuales, sino que debe llevar a inmiscuirse en los problemas de su pueblo, pero no sólo a través de pensamientos teóricos o enseñanzas doctrinarias, sino concibiendo la realidad, (…)
Utiliza la categoría de los viejos jóvenes, en donde él se ubica, y los jóvenes viejos. Éstos últimos explica, no comprenden que llegar a la universidad de un privilegio extraordinario, que tan solo el 1% mundial alcanza. Este privilegio se percibe en el rango social que se obtiene por haberse graduado de la universidad, y como un instrumento para obtener mayores ingresos que el resto de lo conciudadanos. De modo que estos jóvenes viejos deben transformarse, deben comprender el proceso de su patria.
Sin duda estás palabra aún cobran vigencia e invita a leerlo o escucharlo.
Su muerte vacío mis lágrimas, pero a su vez. me lleno de certezas y convicciones. Considero que a muchos nos conmovió la demolición de un gobierno que apostó por la unidad, la paz, la democracia participativa, la defensa de su soberanía, y por fortalecer la organización independiente de obreros y campesinos.
También nos afectó y nos deconstruyo en nuestro concebir y nuestro actuar. Por ello muchos decidimos involucrarnos en utopías y realidades de los movimientos sociales en distintos ámbitos.
En México nos costó mucho acabar con la guerra sucia de los gobiernos autoritarios que se robaron hasta los colores de la bandera para someternos. La reforma electoral de 1979 vino a hacer apenas una hendidura en el Estado monolítico, en la que unos se perdieron y otros continuaron del lado del pueblo mexicano.
Tras un derrotero que se volvió un calvario, en el año 2000, se inició la alternancia disfrazada de azul, pero solo fue más de lo mismo. Para el 2018, el pueblo se hartó y dio paso a una transición que aún no termina y que como tal no será un día de campo.
Hoy a 50 años del golpe en Chile quedó claro que la derecha y EEUU asesinaron a Salvador Allende Gossens y a miles de chilenos. También, hoy en México, la derecha quiere sepultar a la transición y quiere volver a hacerse del gobierno para saquear y corromper todo. No se nos olvide que esa derecha es como la chilena.
Es capaz de disfrazarse de indígena para intentar legitimidad, es capaz de robarse un discurso social para seducir incautos y es capaz de mentir en nombre de Dios y al mismo tiempo disparar contra quienes en realidad siguen la filosofía de Jesús de Nazaret.
Quiero cerrar con las palabras del amado Salvador: «Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”. No se equivocó.
Juan Felipe Cisneros Sanchez
Observatorio indígena Mesoamericano.