Huautla, Hgo., El río Calabozo, que cruza los municipios huastecos hidalguenses de Huautla, Tantoyuca, Tempoal y Platón Sánchez antes de converger con el río Moctezuma en El Higo, Veracruz, está a punto de secarse debido a temperaturas que superan 45 grados centígrados que prevalecen en las zonas por donde pasa y a la falta de lluvias.
Hace tres años, el Calabozo se desbordó por lluvias torrenciales que azotaron las regiones sur de Veracruz y norte de Hidalgo, durante los primeros días de septiembre de 2021. El gran volumen de agua propició que cocodrilos de entre tres y cinco metros de largo salieran de sus hábitats naturales, en pantanos de áreas rurales como El Remanso –comunidad ubicada en Tantoyuca, en los límites con Platón Sánchez–, y se dirigieran a sectores urbanos.
Pero en los meses recientes, relataron habitantes, en Tantoyuca los pantanos desaparecieron junto con los cocodrilos por la falta de precipitaciones y el calor excesivo, y el río comenzó a desecarse de manera alarmante.
Hoy día, en algunas partes incluso se han encontrado tilapias y otros peces muertos flotando en el agua. En diferentes zonas el cauce ya está prácticamente seco, únicamente hay charcos separados por guijarros.
En cuanto a los puentes que servían a los pobladores para cruzar el que fue un río caudaloso, hoy están abandonados, ya que se puede cruzar a pie ante la casi total falta de fluido.
Asimismo, los tramos del Calabozo que cruzan por Platón Sánchez, Tempoal y Pánuco han sido invadidos por lirio acuático, que absorbe el oxígeno del agua e impide el paso de la luz.
Por ello, pobladores de las localidades ubicadas a las orillas del río se organizaron en brigadas para eliminar la planta invasora, y el pasado 16 de mayo dieron inicio a una campaña para terminar con el vegetal y basura del cauce con machetes y herramientas para jardinería. Además, los voluntarios anunciaron que harán faenas para sembrar árboles en las orillas del Calabozo.
Una parte del río pasa exactamente en la línea divisoria entre los estados de Veracruz e Hidalgo, a la altura de Huautla. Allí, el Calabozo era un centro recreativo de los lugareños y visitantes de otras partes de la entidad. Sin embargo, el bajo nivel del agua alejó a los turistas.