Primarias de todo el estado mantienen vigente la tradición potosina de los altares por día de muertos
Directivos, maestras y maestros han desarrollado diversas actividades para preservar la tradición de recordar a los fieles difuntos o el Día de Muertos, conforme nos han enseñado nuestros antecesores.
En las escuelas primarias de diversos sistemas y subsistemas, así como entre estudiantes de nivel medio superior y superior, el profesorado ha propiciado que las niñas y niños se vistan con atuendos relativos al Día de Muertos, por lo que la Catrina y los Catrines se vieron caminar desde muy temprano en las diferentes regiones del Estado.
En Soledad de Graciano Sánchez, fue la Escuela Primaria Pedro Montoya quien despertó gran entusiasmo entre las niñas y niños y prestos los padres de familia se involucraron en vestir a sus hijas e hijos con flores, chaquiras, maquillajes, sombreros, trajes de charro y un sinfín.
En las coloridas vestimentas se demuestra el empeño por conservar nuestras tradiciones y la alegría de niñas y niños está presente al recibir dulces y chocolates.
También se elaboró un gigantesco altar de muertos, dedicado al profesor Pedro Montoya, con todos los elementos que la tradición señala, como son, el camino de sal, el agua, la fruta, las flores de sepansúchitl, veladores, un arco y demás elementos que fueron explicados por padres de familia.
De acuerdo a los especialistas, una parte importante de esta tradición implica visitar los cementerios. Ya sea durante el día o la noche, las familias acuden y colocan velas sobre las tumbas como una forma de iluminar el camino de las almas en su regreso a casa. Muchos pernoctan en los panteones que abren las 24 horas durante esas fechas.
En los altares familiares también encontraremos tamales de dulce, golosinas, chocolate, pan y fruta. ¡Es la fiesta grande! El altar contará con los platillos, bebida, fruta, pan, chocolate, cigarros, y objetos que eran importantes para quien se fue.
Texto Ricardo Sánchez García