Hay errores que definen un campeonato. Los más dolorosos para el América llegaron en la final de vuelta de la Liga Mx Femenil contra el Monterrey. En una agónica tanda de penales, Karen Luna y Aylín Avilez dejaron el título en manos del equipo regiomontano (4-3, 2-2 global), que se negó a caer en los 90 minutos y, con una épica remontada, extendió el partido hasta la última instancia para coronarse en el estadio BBVA ante más de 31 mil 400 aficionados.
El festejo de las Rayadas, campeonas por tercera vez en el circuito, apagó el ambiente triunfalista que se respiraba en las instalaciones de Coapa, donde el domingo el plantel varonil regresó con el título 15 luego de imponerse a Cruz Azul. Su tarea no fue sencilla. Hasta antes de sufrir el gol de la estadunidense Sarah Luebbert (minuto 9), dominaron cada aspecto del juego a partir de una actitud voraz y a la vez calculadora. Pero no pudieron reflejarlo en los cartones.
Mientras Christina Burkenroad, la sudafricana Jermaine Seoposenwe y Myra Delgadillo conectaban sus mejores talentos, las Águilas sorprendieron con un contragolpe demoledor. No tanto por la velocidad de Luebbert a campo abierto, sino sobre todo por una falla de la portera Pamela Tajonar, a quien se le escapó el remate de la estadunidense cuando parecía tenerlo controlado.
El 1-0 removió los cimientos del equipo de la costarricense Amelia Valverde. Si en un principio el Gigante de Acero retumbaba al grito de Daaale, daaale, Raaayadas
, de pronto se redujo por completo su volumen. Con la presión encima, los ataques de las delanteras regiomontanas multiplicaron los esfuerzos de su rival. Uno de los más claros lo tuvo Nicole Pérez, quien, luego de una mala salida de la guardameta Itzel Velasco, envió la pelota a las nubes con la portería completamente abierta. Ni ella ni sus compañeras lograron entender su falla en el remate.
Desconcertado, el entrenador español Ángel Villacampa elevó el tono de sus indicaciones y pidió una concentración máxima al plantel americanista.
Por un momento, su mensaje pareció reordenar los desajustes defensivos, pero la sudafricana Seoposenwe se encargó de emparejar los cartones gracias a una recepción de lujo, con la que logró controlar un pase de Burkenroad y venció a Velasco definiendo por en medio de sus pies (25). El empate levantó la moral de las locales, aunque los errores de los primeros minutos cambiaron su plan original para buscar el título.
Mucho más replegadas, las de Coapa manejaron el segundo tiempo casi siempre cerca del peligro. Si Rayadas no consiguió darle vuelta a las cosas, mucho tuvo que ver su falta de control emocional. Tanto Burkenroad como Seoposenwe y Samantha Simental desaprovecharon todas las oportunidades que se les abrieron frente al arco, la mayoría de ellas en la recta final del encuentro. Las más de 31 mil 400 personas en el inmueble lo lamentaron. Ya sin más recursos que el pelotazo, las dirigidas por Valverde descuidaron su retaguardia a tal punto que el América estuvo cerca de sentenciar la final antes de tiempo.
Fue hasta el último intento, en un tiro de esquina, que la capitana Rebeca Bernal anticipó en el salto a las zagueras capitalinas y provocó una mano de la francesa Aurelie Kaci en el área chica. La silbante Francia González acudió al VAR para revisar la jugada y señaló sin dudar un penal a favor de las locales, que la propia Bernal capitalizó de forma magistral (101). Así, la agónica remontada llevó la serie a la definición desde los once pasos.
Una vez ahí, la tensión se apoderó de Karen Luna y la jovencita Aylín Avilez, las únicas tiradoras del América que fallaron sus remates desde los 11 pasos. En ambas ocasiones, la figura de Tajonar se engrandeció. Un final de película para una final que superó con creces la ocurrida 24 horas antes en el Azteca, no sólo por el desenlace, sino también por la cantidad de oportunidades en las dos porterías.
Para las Águilas, sólo quedó el sabor amargo de la derrota.
El presidente del club, Emilio Azcárraga Jean, observó el último capítulo de su equipo desde uno de los palcos del recinto y terminó esperando un festejo redondo que nunca llegó. El siguiente objetivo para las Rayadas es alcanzar la cantidad de estrellas que tiene Tigres (6), su acérrimo rival.
Sufrimos como locas, pero es momento de disfrutar
, dijo Rebeca Bernal, capitana del Monterrey.