Luego de 100 años, ‘Barton Opus’, órgano de la era del cine mudo, volverá a sonar

Detroit. Un enorme órgano de tubos que subrayó el drama y la comedia del cine mudo con música en vivo en el ornamentado Teatro Hollywood de Detroit, hace casi un siglo, fue desmantelado en miles de pedazos y guardado.

El Barton Opus, construido en 1927, pasó cuatro décadas almacenado en un garaje, un ático y un sótano en los suburbios de esa ciudad, pero el imponente instrumento musical está siendo cuidadosamente restaurado en Indianápolis y finalmente será transportado en camión, pieza por pieza, al Instituto de Tecnología de Rochester, en el oeste de Nueva York, para ser rensamblado y reubicado en un teatro diseñado expresamente para acomodarlo.

En su apogeo, el Barton Opus pudo recrear los sonidos de muchos instrumentos, incluidas cuerdas, flautas y tubas, dice Carlton Smith, quien ha estado restaurando el instrumento desde 2020. También contenía instrumentos de percusión como un piano, xilófono, glockenspiel, platillos y tambores, y podía producir efectos como silbidos de barcos de vapor y pájaros, explica.

Para muchos cinéfilos, los órganos, y los organistas, eran las estrellas. Un hombre podría hacerlo todo. En las grandes ciudades, literalmente llenaban los miles de asientos de los teatros varias veces durante el día. Tocaban en vivo junto con las películas. Fue una gran producción.

El Barton Opus disfrutó de una buena acústica en el Teatro Hollywood, según la Sociedad del Teatro de Órgano de Detroit. Los recintos de esa ciudad en ese momento, la época dorada de la industria automotriz local, eran tan glamorosos como cualquiera en Nueva York, Chicago, Los Ángeles o San Francisco, según John Lauter, organista y técnico de estos instrumentos.

Éramos un mercado tan rico para los cinéfilos que los dueños de los cines construyeron estos lugares palaciegos. Entonces no había cines simples.

Lauter, quien también es director de esa sociedad y presidente de la Motor City Theatre Organ Society, dice que el órgano del Teatro Hollywood fue uno de los más grandes fabricados por la Bartola Musical Instrument Co, de Oshkosh, Wisconsin. Sólo se vendieron tres, mientras los otros dos se instalaron en el Teatro Highland de Chicago y en el Teatro Rialto Square de Joliet, Illinois. De los tres, éste es el último que queda que no ha sido alterado, dice Smith.

En las décadas siguientes, los televisores comenzaron a aparecer en los hogares de todo el país y las salas de cine mudo cayeron en desgracia. El Teatro Hollywood cerró en la década de los 50, sus instalaciones se vendieron y su famoso Barton Opus estaba a punto de perderse en la historia.

Rescate en los años 60

Pero a principios de la década de los 60, un amigo de Lauter, Henry Przybylski, lo compró en una subasta por unos 3 mil 500 dólares. Przybylski se apresuró a retirar el enorme instrumento, partes del cual medían dos pisos de altura, antes de que el lugar fuera demolido.

Reunió a todos sus amigos en el invierno de 1963, señala Lauter. El edificio no tenía electricidad ni calefacción. Entraron con linternas, bloquearon y taclearon.

Desarmaron el instrumento, y Przybylski, un ingeniero y aficionado al órgano, transportó las miles de piezas a su casa de Dearborn Heights, donde permanecería, sin ensamblar, durante unos 40 años.

“Nunca escuchó ni tocó ese instrumento –afirma Lauter–. Vivió la mayor parte de su vida siendo dueño de esa cosa. Bajaba la puerta del garaje y allí estaba la consola.”

Przybylski murió en 2000, pero eso no significó el final de la odisea de Barton Opus. Steven Ball, un organista profesional de la Universidad de Michigan, preguntó a la viuda de Przbylski en 2003 si el órgano estaba a la venta.

Conseguí hasta el último centavo que pude, dice Ball. Pero también guardó el órgano de tubos.

Todo este proyecto fue para llevarlo a un lugar seguro, hasta que pudiera encontrar una institución que lo restaurara, dice Ball, y agrega que siempre había esperado que la obra de Barton terminara en un teatro similar a su hogar original.

En 2019, el presidente del Instituto de Tecnología de Rochester, David C. Munson, se comunicó con Ball, a quien conocía desde años antes. “Me puse en contacto con Steven y le pregunté dónde podíamos conseguir el mejor órgano de teatro –dice Munson–. Steven dijo: ‘Bueno, eso sería mío’.”

Ball donará su Barton Opus a la escuela, donde será la pieza central del nuevo centro de artes escénicas. Se espera que el sitio que albergará el órgano abra sus puertas en enero de 2026. El trabajo de restauración se ha completado en poco más de dos tercios, según Smith.

El teatro está diseñado para acomodar exactamente este órgano, explica Munson, y agrega que el arquitecto Michael Maltzan diseñó las cámaras de tubos para que tuvieran la misma dimensión que en el Teatro Hollywood. Tenemos todos los planos originales y cómo se dispusieron los tubos.

El costo exacto del trabajo aún no se ha determinado, dice Munson, y agrega: Es una inversión que estamos haciendo, pero creo que los resultados van a ser notables