‘Neurótica anónima’, homenaje al cine cubano

 El estreno de la cinta Neurótica anónima, en la edición 43 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, causó emoción y conmoción entre los asistentes que se dieron cita en el cine Charles Chaplin de esta ciudad, por su “homenaje a la cinematografía nacional e internacional, al público y al pueblo cubano”, según expresó su director, Jorge Perugorría, al tiempo que precisó: “esta película inicia con la actriz Mirta Ibarra, protagonista de la historia, por su pasión por el cine y su tenacidad creadora”.

En la cinta se narra la vida de Iluminada, una mujer de la tercera edad con un marido alcohólico, inserta en una sociedad bajo la amenaza de una pandemia de salud mental, que sueña con ser actriz y enfrenta la pérdida de su único santuario: el cine donde lleva 30 años trabajando de acomodadora y usa las películas para escapar de su dura realidad y de su propia neurosis; sin embargo, la insensibilidad de las autoridades podría cerrar el lugar donde labora.

Neurótica anónima tiene un elenco cubano de lujo, en el que figuran Joel Angelino, Fernando Echavarría, Osvaldo Doimeadiós, Andrea Doimeadiós y Néstor Jiménez. Complementan el reparto Paula Alí, Mireya Chapman, Tahimi Alvariño, Bárbaro Marín, Mario Limonta, Hilario Peña, Félix Beatón y Luis Silva, entre ellos, “una cofradía de actores que quisieron aportar su granito de arena a esta defensa del cine cubano”, apreció Perugorría.

Durante la conferencia de prensa y a pregunta expresa de La Jornada, el director dijo: “me puse a coser un vestido a la medida de Mirta tratando de buscar todas las películas que tenían una relación con su personalidad. En la película integramos a Mirta la actriz con el personaje de Iluminada, fue una construcción muy compleja y bonita a la vez. Yo hice las películas Amor crónico y Se vende, que también tenían estas referencias al cine. Neurótica anónima completa la trilogía y además es un acto de gratitud al cine cubano, a los que trabajan en el cine y, por supuesto, un acto de compromiso con la realidad cubana, que también es lo que defiende Neurótica anónima, porque mediante el juego de la neurosis, de la realidad dentro de la cabeza de Iluminada, también retratamos la actualidad”.

Del escenario a la pantalla

En su intervención, Mirta Ibarra citó el origen de la puesta teatral que devino en la película: “esta historia me la encontré cuando iba para un teatro y antes me metí a una iglesia que tenía el anuncio de Alcohólicos y Neuróticos Anónimos. Entonces, le pregunto al cura y él me responde: ‘no, aquí están los alcohólicos, los neuróticos están en La Habana Vieja’, por lo que fui a buscar a los Neuróticos Anónimos y los encontré. Entré a una sesión y, como estaba ahí por primera vez, yo no iba a hablar ese día, pero salí motivada y me surgió la idea de que pudiera ser una obra. Una sicóloga de Neuróticos Anónimos se puso a hablar conmigo, entre las cosas que me dijo hubo algo que me interesó mucho: ‘Donde hay un alcohólico hay un neurótico que siempre busca echarle la culpa de su alcoholismo a algo o a alguien’, ese es el planteamiento de la película, además de puntualizar que también fue una pieza de teatro, de una acomodadora que quiere ser actriz, pero que no se ha realizado. Y después, junto con Jorge, escribimos el guion para esta película, en la que pusimos todo nuestro esfuerzo y energía”.

Producida por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, Ítaca Films y An Ag Studios Company, el filme cuenta con fotografía de Ernesto Granado, música original del maestro José María Vitier y música adicional del productor discográfico venezolano Andrés Levín.

Santiago García Galván, quien encabeza la productora mexicana Ítaca Films, mencionó: “para mí, ha sido un honor acompañar a Jorge Perugorría, todos quienes lo conocemos sabemos que lo define su pasión por la vida y el cine. Precisamente esa pasión por el cine está reflejada en esta película. Sus cintas más recientes han logrado una cohesión en la comedia, la parte dramática y en su metamensaje, que nos habla de la defensa del cine en un momento en el que estamos en una encrucijada de cómo contar nuestras historias, no únicamente en Cuba, sino en todas la cinematografías locales: los cines están cerrando, la asistencia ha caído, por lo que está en peligro…, que surja una película como Neurótica anónima en esta coyuntura es increíblemente relevante”.

García Galván precisó: “creo que esta película puede crear un diálogo muy abierto porque estamos pasando por un momento muy importante en el cine mundial, con cambios de paradigmas en el consumo de películas y no sabemos si continuará la asistencia del público al cine en Cuba, o en todos lados. Resulta paradójico que una de las cosas importantes es que el público de La Habana es quien se para, aplaude, emociona y cuenta esta historia de amor al cine”.

En Neurótica anónima la cámara se pasea por La Habana profunda y retrata los cines Sierra Maestra y Cuba, mostrando la riqueza visual que implica la desafiante cotidianidad capitalina. El filme es, sin duda, un homenaje cinematográfico al gran pueblo cubano.