Apuesta Trump por un cambio de régimen en Irán

Donald Trump y su equipo de seguridad aseguraron ayer que Estados Unidos no está en guerra contra Irán después de arrojar megabombas y misiles tipo crucero contra ese país en coordinación con Israel, y que no está buscando el cambio de régimen en esa nación, mientras un inusual coro de voces liberales y conservadoras acusan que fue una acción inconstitucional que podría llevar otra guerra estadunidense sin fin.

No estamos en guerra con Irán, estamos en guerra con el programa nuclear de Irán. No tenemos ningún interés en un conflicto prolongado. Ningún interés en tener botas sobre el terreno, aseguró el vicepresidente JD Vance en varios noticieros la mañana de ayer.

Agregó: empatizo con los estadunidenses que están agotados después de 25 años de enredos en Medio Oriente. Entiendo la preocupación, pero la diferencia ahora es que en ese entonces teníamos a presidentes tontos. Ahora tenemos un gobernante inteligente.

Más tarde, en un mensaje poco claro en su red social, Trump indicó que tal vez un cambio de régimen sería bienvenido si Teherán no se somete a las demandas de Washington, preguntando: ¿por qué no habría un cambio de régimen?

Pero no todos compartieron esta evaluación (no la de la capacidad mental del mandatario, sino del conflicto). En un mitin en Oklahoma, el senador Bernie Sanders caracterizó la nueva guerra de groseramente inconstitucional. Señaló que la única entidad que puede llevar a este país a una guerra es el Congreso de Estados Unidos. El presidente no tiene ese derecho, ante lo cual su público de miles corearon: no-más-guerras.

La diputada federal progresista Alexandria Ocasio-Cortez sostuvo que la decisión del magnate para bombardear a Irán “da claramente el fundamento para su impeachment”.

El congresista republicano ultraderechista Thomas Massie sostuvo: esto no es constitucional –comentario que de inmediato fue condenado por Trump como débil e inefectivo–. La legisladora también ultraderechista Marjorie Taylor Greene ya había señalado: “cada vez que nuestra nación está al borde de la grandeza, nos involucramos en otra guerra… No habría bombas cayendo sobre el pueblo de Israel si (el primer minisrro israelí, Benjamin) Netanyahu no hubiera bombardeado al pueblo de Irán primero”.

El influyente comentarista conservador Tucker Carlson y el ex estratega del magnate Steve Bannon han estado advirtiendo en contra de que su país se sumara a la conflagración contra Irán, aunque ayer fueron más cautelosos en atacar a la figura que ayudaron a elegir dos veces. Lo que no quiere hacer es ser arrastrado aún más a esta cosa, expuso Bannon en su podcast War Room. Podrían decir que estoy limitando esta guerra, no soy parte de lo del cambio de régimen que quiere Israel, pero habrá mucha presión para hacer más, advirtió.

Encuestas antes de la acción bélica del sábado mostraban que una mayoría superior a 60 por ciento de la población estadunidense se oponían a que sus fuerzas armadas se involucraran en la guerra de Israel con Irán y, aún más significativos, una mayoría de los republicanos del partido del presidente se oponían. Tal vez por ello el jefe de la Casa Blanca tiene que insistir en que esta guerra no es una guerra.

No obstante, la mayoría de los políticos republicanos de manera disciplinada expresaron apoyo por su líder, como también varios demócratas. Opositores de ambos partidos han impulsado un proyecto de ley para obligar a que sea el Congreso el órgano único de decisión al respecto de si se va o no a cualquier guerra; sin embargo, eso no prosperará en esta coyuntura. La Casa Blanca justifica no necesitar la aprobación del Capitolio para lanzar un ataque militar bajo la excepción constitucional de emergencia en la que, según ellos, el país está bajo amenaza de un ataque, al señalar que Irán ha declarado muerte a América (Estados Unidos) y que dicha nación islámica estaba por tener un arma nuclear para lograrlo.