San Sebastián. El yoga y el amor que se esfuma coinciden en la película argentina en competencia La práctica, que trajo de vuelta a San Sebastián a Martín Rejman. Con él habló La Jornada en exclusiva, estas fueron sus respuestas.
– ¿Qué tal ha sido la acogida en San Sebastián?
-Muy bien, he venido al festival en otras ocasiones, pero nunca en competición. La primera vez que estuve aquí fue en 1999 con Silvia Prieto, mi segunda película. Luego regresé con Dos disparos, siempre en la sección de películas hispanoamericanas, que ahora se llama Horizontes Latinos. Además, hace unos años vine con un cortometraje llamado Shakti, que se proyectó en Zabaltegi. Ese mismo año también fui jurado en Nest, el programa de cortometrajes de las escuelas de cine. Así que tengo una larga relación con el festival, me siento muy cómodo aquí. Estoy encantado de poder presentar mi película en competición oficial, estoy muy contento.
-Este año hay dos películas argentinas en competición que comparten un humor inteligente dentro de historias cotidianas. ¿Cuál fue el punto de partida para su película? Porque el humor parece ser más difícil de llevar a la pantalla que el drama?
-Depende. Hay personas que tienen facilidad para una cosa y otras para la otra. No todos pueden hacer todo. Existen películas de todo tipo y de todos los géneros. Es estupendo que el festival incluya películas de humor en la competición, ya que no es algo común. Por lo general, la comedia se considera un género menor. Mi película no es una comedia pura, podría decirse que es una comedia un tanto peculiar, pero en definitiva, es una película con mucho humor que explora el género de la comedia. Incluso el director del festival me comentó que era un poco inusual y estaba encantado de poder incluirla en la competición. Así que estoy contento.
-Usted es los que piensan que menudo se subestima la comedia. ¿Por qué cree que sucede esto?
-Creo que es algo bastante evidente. En los festivales importantes, se espera que el cine aborde temas de relevancia de manera directa y obvia. Sin embargo, todas las películas tratan sobre algo, y simplemente debemos aprender a verlo, no solo escuchar el eslogan publicitario o el título y darlo por sentado. Debemos permitir que las películas cuenten lo que tienen que contar, y ahí es donde realmente aparece lo importante.
-Supongo que cada película tiene su propio lenguaje. La suya tiene un humor oscuro y sutil. Fue muy interesante la actitud de los protagonistas, que era bastante lineal y prácticamente tenían un sólo tono de voz, bastante plano. Era divertido en sí mismo porque no había reacciones. Creo que el único personaje que mostró un poco de reacción fue la madre del protagonista, pero el resto del humor estaba en la actitud y la actuación…
-Sí, tiene que ver también con el tema y la idea de que, en teoría, debemos tener una mente tranquila y apaciguar nuestros pensamientos. Por eso, creo que la película y los personajes tienen esa actitud de no reacción, de no permitir que la realidad cambie el curso de las cosas. Por lo tanto, hay algo de esto que se combina en la película, ya que el tema es específicamente ese.
-¿Por qué eligió este preciso asunto?
-Bueno, practico yoga desde hace muchos años y empecé a escribir sobre el tema. Me pareció que podría ser el tema de una película. Me gustó la idea de un profesor de yoga, que quizás sea un alter ego mío. No es que sea profesor de yoga, pero lo practico desde hace muchos años. Pensé en Esteban Bigliardi como el profesor de yoga porque tiene cierto parecido conmigo en ciertos aspectos. Así que decidí escribir este personaje específicamente para él, y así la película se convirtió en una película sobre el mundo del yoga. El yoga es muy importante en mi vida, me ha beneficiado tanto física como mentalmente.
-¿Hay algún elemento de su vida real que influyó en la película?
-Las cosas que suceden en la película son cosas que me han ocurrido o han ocurrido cerca de mí, pero no tengo nada que ver con ese personaje. No es mi historia personal, pero hay muchas cosas que he experimentado y que he incorporado en una historia de ficción. Siempre escribo sobre lo que conozco, lo que he vivido o lo que me han contado.
-Todas sus películas han tenido alguna conexión o guiño entre ellas, como una frase recurrente. Sin embargo, esta película parece ser una excepción.
-Cierto, esta película la rodé en Chile y es la primera vez que filmo fuera de Argentina. Tenía ganas de filmar en otro país por varias razones. Quería experimentar un cambio, ya que siempre veía las mismas caras y los mismos lugares en Argentina. En Chile se habla de manera diferente, y también quería escuchar mis diálogos en otro acento y tono.
– ¿Cómo está actualmente la situación en Argentina en cuanto al apoyo a la cultura y al cine?
-En este momento, hay aún apoyo a la cultura. Existe un Instituto de Cine que lo brinda. Sin embargo, es importante señalar que debería funcionar mucho mejor de lo que lo hace. Lo crucial es que existe y proporciona respaldo a los proyectos, y eso es fundamental para hacer películas. Sin ese apoyo, no podríamos llevar a cabo nuestras producciones. La situación actual es delicada, y estamos en un estado de precaución ante lo peor. Esperemos que el apoyo estatal a la cultura continúe.
– ¿Le han ofrecido algo desde una plataforma de streaming?
-Por el momento, no tengo planes con plataformas de streaming. No es que no me interese, pero actualmente no tengo un proyecto listo. Dado que las cosas cambian con tanta rapidez, cuando termino de escribir un guion, no sé cómo será el panorama. También trabajo de una manera en la que no tengo un tratamiento o una sinopsis de la película antes de tener el guion completo. Voy descubriendo la trama a medida que escribo las escenas. Por lo tanto, no puedo presentar una idea hasta que tenga el guion terminado. Primero, debo completar el guion y luego iniciar el proceso de búsqueda de financiamiento y evaluación del panorama. Tengo amigos que trabajan con plataformas de streaming, y ellos intervienen en el guion y el casting. Básicamente, son los dueños, y la verdad es que eso no me interesa. Hacer una película requiere mucho trabajo, y no dedicaré mi vida a algo que no me interese. Puede ser una opción para alguien que recién comienza y quiere ganar experiencia.
-Martin Scorsese ha expresado su apoyo a las plataformas de streaming, afirmando que son una excelente manera de respaldar a los nuevos profesionales. ¿Cuál es su opinión al respecto?
-Según lo que conozco, las personas que trabajan con plataformas de streaming a menudo se enfrentan a problemas con productores que intentan imponer una forma específica de hacer películas. Me parece que puede ser bastante complicado, según lo que he escuchado de amigos que trabajan en ese entorno. Hay casos y situaciones diferentes, pero por lo que me han contado, no suena bien.
– ¿Cuáles son sus proyectos actuales? Ahora que ha terminado esta etapa y tiene muchas ideas nuevas. ¿Toma notas o las va desarrollando?
-Suelo tomar notas, generalmente en una libreta o en el ordenador. Pienso en escenas y también en actores con los que me gustaría trabajar, y escribo para ellos. Por lo general, se me ocurre una escena que podría ser el punto de partida de la película, y a partir de ahí comienzo a escribir. Luego, esa escena puede permanecer igual o cambiar por completo en la película final. A veces, incluso desaparece por completo.
– ¿Improvisa durante la filmación o sigue el guion al pie de la letra?
-Una vez que tengo el guion, durante la filmación no improvisamos. Seguimos el guion al pie de la letra. Pasamos mucho tiempo ensayando los diálogos con los actores, y esos ensayos consisten en aprenderse los textos. Siempre que escribo, considero el ritmo y la musicalidad de los diálogos, ya que para que el humor funcione, las pausas deben ser precisas. Todo eso lo planifico y lo trabajamos con los actores durante los ensayos y la filmación.
– ¿Se dedica por completo al cine o tiene otras actividades?
-También me dedico a la literatura. Ha pasado un tiempo desde que publiqué un libro, pero actualmente estoy escribiendo uno nuevo. Los relatos que estoy escribiendo guardan cierta relación con las películas que hago. El mundo de la literatura y el del cine son bastante similares, aunque difieren en el sentido de que, al escribir un guion, sé que es para una película que tendré que producir después. En la literatura, tengo una libertad diferente, ya que no tengo que preocuparme por la producción. Me gustan ambas actividades. La literatura es solitaria, no implica trabajar en equipo como en el cine. Sin embargo, en el set de filmación, se forma una especie de familia ficticia con la que convives durante un largo período de tiempo