El proyecto será estudiado y votado por una comisión judicial y cultural, evitando presentar la ley ante los 290 parlamentarios y el debate público que ello conlleva. Se podrá aprobar el proyecto «a modo de prueba» durante un periodo de tiempo de entre tres y cinco años.
El Gobierno de Irán busca aprobar de urgencia y a puerta cerrada la nueva ley del velo, que endurecería las penas por la falta de uso de la prenda islámica, en una pequeña comisión y no en sesión plenaria del Parlamento para «evitar un movimiento contra el hiyab».
El Parlamento iraní ha aprobado este domingo referir el «Proyecto de Ley de Apoyo a la Cultura de la Castidad y el Hiyab» a una comisión judicial y cultural con 175 votos a favor, 49 en contra y 5 abstenciones del total de 238 diputados presentes, según la web del hemiciclo Icana.
El proyecto será estudiado y votado por dicha comisión, que tiene capacidad para aprobar el proyecto «a modo de prueba» durante un periodo de tiempo de entre tres y cinco años, algo que permite la Constitución del país en su artículo 85.
Así, el Ejecutivo evita presentar la ley ante los 290 parlamentarios y el debate público que ello conlleva, además de revisar las numerosas enmiendas que se han presentado, a meses de las elecciones parlamentarias de marzo.
La propuesta de ley, que cuenta con 70 artículos, establece castigos como multas, penas de cárcel de hasta cinco años, la confiscación de automóviles y la prohibición de conducir, además de deducciones de salario, prestaciones laborales o la prohibición de acceder a servicios bancarios.
Ley, frente a movimiento
El presidente de la comisión judicial del Parlamento, que estudiará la ley, Mousa Ghazanfaribadi, ha afirmado hoy que «si cada día se producen pecados relacionados con la castidad y el hiyab es por el retraso en la aprobación de esta ley».
Otro de los promotores de la ley, el conservador Hossein Ali Haji Deligani, alegó que es necesario aprobar el texto de esta manera porque «vemos que la situación no tiene límites, está empeorando. Tenemos que prevenir un movimiento contra el hiyab».
Sin embargo, parlamentarios como Gholamreza Nouri Qezeljeh mostraron su rechazo al proyecto legislativo al considerar que se centra demasiado en «castigar» la falta de uso del velo, lo que conlleva «peligros».
Casi un año desde la muerte de Amini
Ese movimiento contra el hiyab comenzó en realidad el 16 de septiembre del año pasado, después que la joven Mahsa Amini muriese tras ser detenida por la llamada Policía de la moral en Teherán, lo que provocó fuertes protestas durante meses en todo el país.
Desde entonces muchas iraníes han dejado de usar el velo forzado, prenda que representa para ellas la forma visible de la discriminación que sufren, que va mucho más allá de tener que cubrirse la cabeza.
Las autoridades iraníes han recurrido a diversos métodos para reimponer el uso de la prenda con la vuelta a las calles del país de la temida policía de la moral y castigos como limpiar cadáveres o fregar edificios públicos.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, afirmó esta misma semana que «esto de quitarse el velo se va a acabar definitivamente» y sostuvo que las mujeres que no se cubren son «unas inconscientes» a las que hay que «concienciar».